La fisioterapia, en ocasiones, saca provecho de la instrumentalización en su afán por optimizar el cumplimiento de sus objetivos.
El razonamiento clínico no puede instrumentarse, de eso no cabe duda. El buen uso del cerebro del fisioterapeuta como analista y medidor de relevancia de los hallazgos clínicos, no puede recurrir de artificios ni atajos para una optimización de su cometido. Sin embargo, determinadas técnicas de tratamiento basadas en la Terapia Manual sí pueden encontrar respaldo en herramientas, siempre que su aplicación sea oportuna y correcta.
Los ganchos utilizados en la Fibrólisis diacutánea son un ejemplo de artilugio que puede servir para acceder a mayor profundidad que los contactos manuales, y ejercer una fuerza puntual sobre los tejidos, aplicando un estímulo mecánico diferente al más directamente manual.
Esta técnica tiene 3 efectos fundamentales
*Efectos mecánicos. Este efecto se genera ya que libera los tabiques intermusculares y favorece la elasticidad de las estructuras.
*Efectos circulatorios.Estimula la circulación sanguínea y linfática, además de producir una liberación de histamina en la zona.
*Acción refleja. Este efecto se produce como consecuencia de la inhibición de los puntos reflejos
Así pues, hablamos siempre de que el gancho es un elemento auxiliar, que depende en todo momento del criterio de nuestra fisioterapeuta, Susanna Anelli, que posee la formación y experiencia necesarias para poder realizar con garantía y éxito esta técnica.
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FIBRÓLISIS DIACUTÁNEA O TÉCNICA DE GANCHOS
